Mi mano es una tortuga
que anda lento, por el suelo
sus ojos de diminutivo tamaño
apenas se abren para hacer fondo
en el resplandor que los ciega,
mi mano es una tortuga
y el jazz es demasiado rápido,
y entre sus vértebras marcadas suena
con melodía de agobio y carambola
el jazz suena, con vida expresa
por ese cuerpo, ya es fracción y dura
corteza que se pega, una a otra
como acordes caracoles que se rodean
mi mano es una tortuga
como cientas y cientas
entre estos bancos de agua y arena
y nos acaricia la brisa de las olas
que se despega y da ese roce de meta
pero los ojos se cierran y netos lloran
un mar de lágrimas en un compás interno
que no puede guardar mi cuerpo lerdo
mi mano es una tortuga
que a fuertes penas va escribiendo un
camino a ras del suelo
y el jazz no quiere saber nada de tipos lentos
y esta sonando al acecho como la noche
ecuatorial
que con pocas luces nos deja sin
sacar la cabeza.
("el despertar" - homenaje a roberto arlt
antología literaria - ateneo de las letras - 2001)
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